Posteriormente, realicé la especialización en Anestesiología en el Hospital Manuel Belgrano, conjuntamente con el curso superior, otorgado por la Universidad de Buenos Aires en la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires, especialidad que me apasiona. Siempre me preocupó la calidad de vida de mis pacientes considerando la calidad de vida que teníamos los médicos en formación de una especialidad.

Mientras estaba en la residencia, mi alimentación era deficiente, tenía malos hábitos de salud, estaba muy estresada y mi descanso no era adecuado. Comencé a darme cuenta a través de las consultas de evaluación preanestésica que para todo síntoma había una pastilla “mágica” para ocultarlo o callarlo. Casi todos los pacientes que veía estaban medicados por algún síntoma, pero muy pocos habían sido evaluados de manera integral. 

En ese momento comencé a pensar que, tal vez sería importante encontrar el origen de sus dolencias y no solo cubrir un síntoma determinado con un fármaco, porque de esta manera los síntomas seguirían apareciendo, en los mismos o distintos lugares, y serían necesarios más fármacos para “controlarlos”. 

De este modo se generaba un círculo vicioso en el cual la persona lejos de controlar su dolencia, ésta se magnificaba y con el tiempo se incrementaba la cantidad de fármacos necesarios para tratarla. Comencé a comprender la importancia de no fragmentar a las personas en partes o sistemas, como si entre ellos no hubiera conexión alguna. 

Siempre fui muy inquieta, y en esta búsqueda de “lo que sentía que me faltaba”, durante la pandemia realicé una Maestría de Medicina Antiaging, en una Universidad española. Esa fue la antesala del mundo que hasta ese momento conocía poco y comenzaron a surgir las respuestas a mis preguntas. Es así como conocí la Medicina Orthomolecular, la Nutrición Endovenosa y la Terapia Neural.

Más adelante llegó una diplomatura en Longevidad Saludable y Calidad de Vida.

Recién ahí, pude tomar dimensión de que todo este largo camino de formación había sido necesario para generar este abordaje integral que cada persona se merece cuando visita a un profesional de la salud y que cada síntoma que un organismo manifiesta está hablando de un desequilibrio en el todo y que allí podemos intervenir con múltiples estrategias para que recupere nuevamente esa auto bio regulación que innatamente y ancestralmente todos poseemos.