La longevidad es un viaje, no una tendencia.
Ralentizar el envejecimiento durante tu viaje de longevidad con evidencia científica que te permita tomar el control de tu salud, para a través de modificaciones y algunas intervenciones, mejorar así tu calidad de vida.
Nuestro enfoque
Abordaje integral de cada persona
Cada ser con sus dolencias es evaluado y tratado como un todo. Un síntoma habla de un desequilibrio que afecta la dinámica de todo el organismo. Comenzamos a dejar el término “Paciente” que nos habla de quietud y pasividad, para tomar el de “Haciente”, es decir, aquel que toma las riendas de su vida y su salud y se hace cargo de ella.
tratamiento sujeto a la bioindividualidad
Acompañando con un “traje a medida” en función del momento evolutivo y del escenario en el que se encuentre este organismo, ya que cada uno de nosotros somos únicos, irrepetibles y tenemos nuestras propias maneras de manifestarnos. Cada persona tiene su propio terreno biológico, que favorece la expresión de síntomas o de una determinada dolencia.
Acompañamiento nutricional
Ya que nuestra biología no cambió, nosotros cambiamos nuestro entorno y nuestros hábitos alimenticios, lo que muchas veces desplaza nutrientes, con todas las consecuencias que esto trae, desde carencias hasta enfermedades. Se trata de Limpiar – Equilibrar – No ensuciar.
Si bien hemos podido prolongar la esperanza de vida, envejecemos en un escenario de deterioro que nos quita calidad de vida.
El ritmo de vida que llevamos, la exposición a contaminantes medioambientales, alimentos manipulados genéticamente, llenos de aditivos, altamente procesados, disrruptores hormonales, etc., es información que recibe nuestro genoma. Necesitamos nutriente de buena calidad para que nuestro genoma se repare y funcione en óptimas condiciones.
En una consulta de envejecimiento inteligente o longevidad saludable, modularemos el proceso de envejecimiento natural, promoviendo una mejor calidad de vida, y por ende, mejorando la salud, a través de cambios, mejoras o ajustes en el estilo de vida, y a través de distintas propuestas terapéuticas individualizadas.
Esto se realiza a través de un abordaje holístico o integral y funcional de cada persona, evaluando en que escenario se encuentra al momento de la consulta, cuáles son sus objetivos, para luego, juntos, poder diagramar una estrategia que se amolde a cada persona, buscando su máximo bienestar.